Como el río no quiere dar grandes satisfacciones sigo fiel a mis citas nocturnas cuando se presenta la oportunidad de rapalear un poco en la playa. Son muchas las veces que se queda en un simple paseo con algo de ejercicio pero son noches como la del viernes al sábado que hacen que no puedas dejar de ir a la playa de vez en cuando. Fuimos unos amigos a la repunta de marea llena y tuvimos la suerte de coger 17 kg de robalizas en 8 piezas, todo un subidón de adrenaliza que hizo que mi amigo Pedro (que era su segundo día de playa) quede enganchado de por vida a esta pesca.
Saludos, Emilio Tuimil.
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