Por JOSÉ A. GRELA MARTÍNEZ
EL INVIDENTE, SABIO Y ANCIANO HOMERO se topó con un grupo de jóvenes pescadores y, preguntándoles si llevaban algo, éstos le respondieron: - Los que pillamos los tiramos, los que no podemos atrapar nos los llevamos.
Pudiera, amigo Juanjo, dedicarte una laudatio a la sazón de tus amigos, los clásicos, mas no quisiera convertirme en un Arpinate, ni pecar de solemnidad en el discurso, porque sé que te agradará llegar conmigo a la resolución del enigma, el mismo que conforme a la tradición provocó la muerte por tristeza y aflicción del sabio griego, al verse impotente y frustrado ante el acertijo. Según Aristóteles, Homero interrogó al oráculo para averiguar quiénes eran sus padres y su patria. La respuesta fue concisa y admonitoria: - La isla de Íos es la patria de tu madre y te acogerá cuando mueras, pero tú guárdate del enigma de los hombres jóvenes.
Conociendo tu fina ironía, Juanjo, cuando llegues a la isla de Íos le explicas a tu colega Homero, que aquellos jóvenes pescadores no habían pescado nada y que la época y el hambre no permitían la pesca sin muerte, tan sólo que, ante el aburrimiento, se dedicaban a despiojarse mutuamente. Como te conozco, sé que se lo dirás en griego y con un toque de retranca. Luego, ya que el espacio y el tiempo lo manejarás a tu antojo, podrás pescar salmones, robalizas, reos, truchas o piojos, que de todo hay en los ríos y mares del Señor. Yo, al menos, cada vez que esté pescando no me acordaré ni de Propercio ni de Quevedo, ni del amor más allá de la muerte; demasiado cursi para un licenciado en Truchología por la Universidad del Deva, para un doctor en Reología por la Universidad del Tambre, para un académico de la Real Academia de Truchología y Reoscopia de Leningrado, y para un medallista a la Paciencia y Cero de Honor en Teoría Básica del Salmón. ¡Nos vemos en el Tambre, Doctor!
Juan José Moralejo
SU OCUPACIÓN OFICIAL era la filología griega, pero era realmente un caminante de ríos, particularmente de nuestro Deva, alusivo al viejo espíritu celta de la naturaleza. Pocos meses tras la muerte de Serafín fallece ahora su hermano Juán José Moralejo. Es frágil lo humano. Decía Simónides de Ceos el poeta griego a quién él conocía muy bien: "No hay estabilidad en las humanas cosas…;/y cual las hojas vanas/ descienden volteando levemente/cayendo de las ramas elevadas/ así cae también la humana gente." Me arrastra la memoria: Serafín tiene 9 años, yo 7, Juan José 14. Mi tía Remedios le dice a Serafín a la hora del postre que si no come sus lentejas se las cenará, y mi solidaridad es completa con su huelga. Y recuerdo aquel camión de madera con el que jugábamos Serafín y yo, "el camión de la piorrea" le llamó Juan José, vete a saber por qué, quizá esa grave enfermedad era entonces objeto de alguna campaña pública.
Vividor, alegre, cordial, estudioso, amante de la gran música, de la cultura en general. Sabía disfrutar de los dones de la vida y era un paciente pescador. Otros que le quisimos tuvimos vidas más difíciles y no tuvimos la oportunidad de pescar en Sigüeiro antes de comenzar la jornada universitaria. Se interesó por muchas cosas. Los problemas del gallego, p. ej. Tradujo a Aristóteles y Arquíloco, indagó el impacto clásico en la literatura y estudió nuestra onomástica, en particular los topónimos prelatinos. Guardián de la memoria familiar, lo encontré una vez en una web argentina corrigiendo algo, no recuerdo ya, creo que en relación con la célebre torre del fantasma construida en el barrio de Boca de Buenos Aires por nuestro tío-abuelo Guillermo Álvarez. Por las mismas me pedía hace poco corrigiese al alcalde de Cortegada por cuando la web del pueblo decía que mi padre había tenido gran amistad con Celso Emilio Ferreiro, algo que a mi juicio no merecía la pena.
Me decías Juan José, al dedicarme tu libro de pesca que faltaba a mis saberes este arte. Quise mejorar aplicando tu fórmula del cap. XI: "número de troitas pescadas (NTP) = capacidades do pescantín (CP) por logaritmo do calibre do fío (CF) más 1/3 de lonxitude da cana (LC) todo ello dividido por mome do garda do coto (NGC) elevado a cebo empregado (CE)". Como no pude aumentar mis habilidades traté de aumentar el hilo y longitud de la caña y disminuir el nombre del guarda y el cebo, pero nunca pesqué un pez. Adiós querido primo, más allá de la Estigia te esperan desde luego Camilo, Servando, Ricardo y el Penacoba. Y por supuesto el Nei, mariscal de los canes que tuvimos en Cortegada. Bailan todos en el coto da pena. Y allí me cito también contigo, querido primo, que tenemos aún que hablar de muchas cosas.
Me decías Juan José, al dedicarme tu libro de pesca que faltaba a mis saberes este arte. Quise mejorar aplicando tu fórmula del cap. XI: "número de troitas pescadas (NTP) = capacidades do pescantín (CP) por logaritmo do calibre do fío (CF) más 1/3 de lonxitude da cana (LC) todo ello dividido por mome do garda do coto (NGC) elevado a cebo empregado (CE)". Como no pude aumentar mis habilidades traté de aumentar el hilo y longitud de la caña y disminuir el nombre del guarda y el cebo, pero nunca pesqué un pez. Adiós querido primo, más allá de la Estigia te esperan desde luego Camilo, Servando, Ricardo y el Penacoba. Y por supuesto el Nei, mariscal de los canes que tuvimos en Cortegada. Bailan todos en el coto da pena. Y allí me cito también contigo, querido primo, que tenemos aún que hablar de muchas cosas.
Catedrático de Arte
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